miércoles, 28 de agosto de 2024

RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL: EL DESIERTO DE LA TATACOA FUE DECLARADO PARIMONIO GEOLÓGICO MUNDIAL.

 El desierto de la Tatacoa, reconocido como uno de los biomas más importantes y variados del planeta, fue declarado Patrimonio Geológico Mundial por la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (Iugs). Esta designación se hizo oficial durante el 37º Congreso Geológico Internacional (IGC) celebrado en Busan, Corea del Sur.




De acuerdo con el Servicio Geológico Colombiano, “esta zona ubicada en la Tatacoa alberga dos yacimientos paleontológicos excepcionales de épocas diferentes”, informó el SGC mediante redes sociales. El desierto de la Tatacoa, específicamente en la localidad de La Venta en Villavieja, Huila, se destaca por sus registros fósiles que datan del Pleistoceno y del Mioceno Medio.

“Este último fue el que obtuvo el reconocimiento de la Iugs al evidenciar que hace 13 millones de años existió en esta latitud del territorio colombiano una selva tropical ya extinta”, señaló Marianela Vargas, geóloga del Museo Geológico Nacional José Royo y Gómez .


De acuerdo con Vargas, este sitio representa una ventana única para entender el pasado, conservando una variedad de fósiles de flora y fauna que nunca interactuaron con humanos. “Allí es posible encontrar una gran variedad y abundancia de fósiles de estos antiguos especímenes que cuentan con elementos que difícilmente se preservan en el registro fósil”, detalló la experta. Estos vestigios no solo poseen un gran valor científico, sino que también pueden ofrecer claves cruciales para enfrentar el cambio climático global.

El reconocimiento al desierto de la Tatacoa se enmarca dentro del programa Global Geosites lanzado en 2022 por la Iugs. Ese mismo año, otros dos sitios colombianos, el complejo volcánico Nevado del Ruiz (Kumanday) y el yacimiento de reptiles marinos del Cretácico inferior de Ricaurte Alto (Boyacá), también fueron seleccionados. “Para los geólogos, estos fenómenos proporcionan uno de los mejores análogos para comprender los cambios climáticos del futuro próximo y las respuestas bióticas que estos cambios podrían inducir”, afirmó Vargas a la prensa.



El desierto de la Tatacoa, con su paisaje árido y rocoso, guarda una riqueza biológica y geológica invaluable que lo convierte en un laboratorio natural. Esto ha permitido el estudio de diversas especies de mamíferos, reptiles, peces, aves, invertebrados y plantas extintas. “Los registros del óptimo climático del Mioceno (17 a 14,7 millones de años) y la transición climática del Mioceno (14,2 a 13,8 millones de años) brindan indicios sobre los posibles cambios biológicos debido a las variaciones del clima”, explicó Vargas.

El 37º Congreso Geológico Internacional destaca la importancia de conservar sitios con valor geológico y paleontológico no solo por su riqueza histórica, sino para prevenir y entender los cambios ambientales actuales. “Los vestigios que hoy se preservan de forma excepcional en este yacimiento también podrían ofrecer pistas clave para enfrentar una de las mayores preocupaciones globales de la humanidad: el cambio climático”, reiteró Vargas.



El reciente reconocimiento internacional a la Tatacoa no solo fortalece su estatus turístico, sino que subraya la necesidad de continuar investigando y preservando estos sitios para futuras generaciones. “Con la Venta, ya son tres los sitios colombianos postulados por el Servicio Geológico Colombiano que reciben el reconocimiento de la IUGS”.

sábado, 24 de agosto de 2024

LA EXTINCIÓN DE LOS DINOSAURIOS ESTÁ ESCRITA EN EL GENÓMA DE LAS AVES.

 Hace 65 millones de años, un asteroide de 10 kilómetros de diámetro chocó contra nuestro mundo y cambió para siempre el curso de la vida en la Tierra. La roca espacial puso en marcha una dramática reacción en cadena de cambios que puso punto y final al largo reinado de los dinosaurios, pero abrió al mismo tiempo el camino para la llegada de otras formas de vida.

Poco después del impacto, en efecto, surgieron los primeros ancestros de las aves actuales. Y ahora, un estudio de la Universidad de Michigan ha conseguido identificar, por primera vez, los rastros de aquella catástrofe en los genomas de las aves: cambios dramáticos provocados por la extinción masiva y que permitieron a las aves diversificarse y convertirse en los animales tremendamente exitosos y variados que son hoy. El trabajo se acaba de publicar en 'Science Advances'.



Al estudiar el ADN de las aves vivas -explica Jake Berv, autor principal del artículo-, podemos intentar detectar patrones de secuencias genéticas que cambiaron justo después de uno de los eventos más importantes en la historia de la Tierra. La firma de esos acontecimientos parece haber quedado impresa en los genomas de los supervivientes de una manera que podemos detectar incluso decenas de millones de años después.

Los componentes fundamentales del ADN (los nucleótidos) se componen de cuatro bases diferentes, denominadas A, C, G y T (adenina, citosina, guanina y timina). Las proporciones de estos cuatro 'ingredientes' dentro del genoma pueden cambiar, lo que resulta en cambios en el desarrollo de las criaturas.

Y eso es precisamente lo que Berv y su equipo descubrieron en su análisis: el evento de extinción masiva provocó cambios en la composición de los nucleótidos de los pocos dinosaurios 'aviares' que sobrevivieron a la extinción. Y también descubrieron que estos cambios parecen estar relacionados con la forma en que las aves se desarrollan cuando son bebés, su tamaño adulto y su metabolismo.



Por ejemplo, aproximadamente entre 3 y 5 millones de años después de la extinción masiva, los linajes de aves supervivientes tendieron a desarrollar tamaños corporales más pequeños. También cambiaron la forma en que se desarrollaron como crías, y más especies se volvieron 'altriciales'. Es decir, que aún están 'incompletos' cuando nacen y necesitan que sus padres los alimenten y cuiden durante muchas semanas, incluso meses. Las aves que nacen listas para valerse por sí mismas, como las gallinas y los pavos, se denominan 'precociales'.

Estudios anteriores sobre la evolución de las aves habían supuesto una composición fija del ADN que no podía cambiar. Pero los nuevos métodos utilizados por los investigadores en su estudio dejaron claro que no es así.


«Descubrimos -afirma Berv- que el tamaño del cuerpo adulto y los patrones de desarrollo previo a la eclosión son dos características importantes de la biología de las aves que podemos vincular con los cambios genéticos que estamos detectando. Hasta donde sabemos, los cambios en la composición del ADN no se habían asociado hasta ahora de manera tan clara con la extinción masiva del final del Cretácico».

Hasta ahora, los cambios en la composición del ADN no se habían examinado de cerca en el contexto de una extinción masiva. Y, sin embargo, sabemos que las extinciones masivas pueden tener un efecto dramático en el mundo, cambiando ecosistemas enteros y sus relaciones, así como las relaciones entre los organismos dentro de ellos.

«Nuestro estudio -asegura por su parte Daniel Field, de la Universidad de Cambridge y coautor de la investigación- destaca que estos fenómenos de extinción pueden en realidad influir aún más profundamente en la biología de los organismos, alterando aspectos importantes de la evolución de los genomas. Este trabajo amplía nuestra comprensión de los dramáticos impactos biológicos causados por las extinciones masivas y destaca que la que acabó con los dinosaurios gigantes fue uno de los eventos de mayor impacto biológico en toda la historia de nuestro planeta».


miércoles, 14 de agosto de 2024

CONOCE AL, ENALIOETES SCHROEDERI ,EL COCODRILO MARINO QUE VIVIÓ HAE 135 MILLONES DE AÑOS EN LO QUE HOY ES ALEMANIA.

 Se ha documentado científicamente una especie extinta de cocodrilo marino que hasta ahora era desconocida. A esta nueva especie se le ha dado el nombre de Enalioetes schroederi. El ejemplar cuyos restos fósiles han sido analizados vivió hace 135 millones de años en el mar de poca profundidad que por aquellos tiempos cubría buena parte del territorio de la actual Alemania.

La investigación la ha realizado un equipo integrado, entre otros, por Mark Young, de la Universidad de Edimburgo en Escocia, Reino Unido, y Sven Sachsa, del Museo de Historia Natural de Bielefeld en Alemania.


Este antiguo cocodrilo pertenecía a la familia Metriorhynchidae, un llamativo grupo de cocodrilos al que la evolución le acabó dando una forma corporal similar a la de los delfines.

Los miembros de la familia Metriorhynchidae tenían la piel lisa y sin escamas, poseían aletas y también una aleta caudal.

Se alimentaban de una gran variedad de presas, incluidos animales rápidos como calamares y peces. Algunas especies, que tenían dientes grandes y dentados, se alimentaban también de otros reptiles marinos.


El espécimen analizado en el nuevo estudio es notable ya que corresponde a uno de los muy pocos animales de esa familia cuya anatomía craneal se conoce bien gracias a un cráneo bien conservado tridimensionalmente.

El buen estado del cráneo permitió a los autores del nuevo estudio escanearlo a fondo mediante tomografía computerizada y de ese modo consiguieron averiguar muchas cosas sobre la anatomía interna de estos cocodrilos marinos. El notable estado de conservación permitió incluso reconstruir cavidades internas del animal y hasta sus oídos internos.

El estudio se titula “A new genus of metriorhynchid crocodylomorph from the Lower Cretaceous of Germany”. Y se ha publicado en la revista académica Journal of Systematic Palaeontology.


jueves, 1 de agosto de 2024

CIENTÍFICOS EN EL BRASIL, HALLAN FÓSIL DE DINOSAURIO DE 230 MILLONES DE AÑOS DE ANTIGÜEDAD.

 Tras fuertes lluvias en el sur de Brasil, un grupo de científicos encontró los restos del segundo ejemplar más completo encontrado hasta ahora de un herrerasáurido.

En el corazón del municipio de São João do Polêsine, Rio Grande do Sul, Brasil, un tesoro paleontológico de grandes proporciones fue hallado en un importante yacimiento del Triásico. 

Este período, que se extiende entre los 250 y 200 millones de años atrás. Fue testigo de la diversificación de los primeros dinosaurios y la aparición de reptiles voladores. 


 (Universidad Federal de Santa María).

Tras cuatro días de excavaciones, un equipo de paleontólogos de la Universidad Federal de Santa María (UFSM) logró recuperar y transportar el bloque de roca con el esqueleto fosilizado de 230 millones de años.

Este descubrimiento abre un nuevo capítulo en la comprensión de la paleontología brasileña. Los científicos ya determinaron que el fósil pertenece a un dinosaurio herbívoro del grupo Herrerasauridae, uno de los primeros linajes de estos gigantes prehistóricos. 

Los científicos explican que la extracción de los huesos del bloque de roca es un proceso minucioso, casi quirúrgico. Cada fragmento óseo debe ser cuidadosamente removido y preservado para evitar su deterioro. Este trabajo, que puede llevar algunos meses, requiere de una gran dosis de paciencia y precisión.


Paleontólogos trabajando en un sitio de excavación donde se descubrió el fósil de dinosaurio. (Universidad Federal de Santa María)

Una vez liberados de la roca, los huesos serán objeto de un profundo análisis. Se realizarán estudios de anatomía comparada para determinar si el fósil pertenece a un individuo ya conocido de la especie o si representa una nueva especie por descubrir.

Se espera que el estudio en profundidad del espécimen revele información crucial sobre su anatomía, comportamiento y el ecosistema en el que habitaba. 

Las intensas lluvias que azotaron el sur de Brasil no solo trajeron inundaciones, sino que también actuaron como un catalizador inesperado para la paleontología. 

El exceso de agua aceleró el proceso erosivo natural, lo que llevó al hallazgo de un nuevo individuo herrerasáurido, un dinosaurio de 230 millones de años. 

Paleontólogos trabajando en un sitio de excavación donde se descubrió un fósil de dinosaurio en Sao Joao do Polesine, Rio Grande do Sul, Brasil

Fuente: Universidad Federal de Santa María (UFSM)

Sin embargo, esto puede presentar un desafío. Temp Müller, paleontóloga de la Universidad Federal de Santa María (UFSM), señaló que si bien las lluvias exponen fósiles que antes estaban ocultos, un volumen de agua muy superior al habitual "también destruye mucho material", especialmente las piezas más pequeñas y frágiles. 

Es por esto que múltiples equipos se encuentran en constante monitoreo de los yacimientos, buscando fragmentos expuestos por las lluvias y trabajando en las excavaciones para recuperarlos antes de que se pierdan. 

El trabajo de estos investigadores dio frutos más allá del impresionante esqueleto casi completo del dinosaurio herrerasáurido. En los últimos meses, también lograron rescatar fósiles en otros municipios de la región, ampliando aún más el conocimiento sobre la paleontología de esta zona.