El hallazgo lo forman 27 rastros de depredadores de hace 120 millones de años capaces de atravesar grandes volúmenes de agua.
La Rioja es la comunidad menos poblada (323.465 habitantes, según el INE) y la segunda más pequeña, pero cuenta con un vasto patrimonio paleontológico, que se extiende por 170 yacimientos, donde se contabilizan cerca de 11.000 huellas de dinosaurios, además de diferentes sedimentos óseos.
El último hallazgo tiene que ver con los restos fósiles pertenecientes a especies de dinosaurios que sabían nadar o, al menos, eran capaces de sortear a nado grandes volúmenes de agua. Un descubrimiento que lleva la firma del investigador de la Universidad de La Rioja, Pablo Navarro, que ha identificado 27 huellas (icnitas) de esta clase de dinosaurios, bípedos, no avianos (abuelos de las aves) y tridáctilos (de tres dedos), que habitaron en La Rioja hace más de 120 millones de años durante el Cretácico Inferior.
“Son icnitas con morfologías especiales, ya que pertenecen a dinosaurios que estaban nadando y no andando, que es el comportamiento más habitual en las huellas que se pueden ver en La Rioja o en otros puntos del planeta”, apunta Navarro sobre este descubrimiento en Laguna de Cameros. Huellas con una longitud variable (desde 8,5 hasta 29,2 centímetros) y cuyas dimensiones también cambian en función de la postura y los movimientos del animal al tocar el fondo acuático. En el yacimiento se han encontrado marcas “más grandes y más pequeñas, que podrían corresponder a especies diferentes o a dinosaurios adultos y jóvenes de una misma especie”, afirma el investigador.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario