viernes, 29 de agosto de 2025

"LUCA", NUESTRO ANCESTRO COMÚN UNIVERSAL.

 ¿De dónde viene toda la vida en la Tierra? Esta es una de las preguntas más profundas y antiguas que ha fascinado a científicos, filósofos y curiosos desde hace siglos. Hoy, gracias a décadas de investigación genética, paleontológica y bioquímica, tenemos una imagen más clara —aunque aún incompleta— del llamado Último Ancestro Común Universal, conocido por sus siglas en inglés como LUCA (Last Universal Common Ancestor).



¿Quién (o qué) fue LUCA?

 LUCA no fue el primer ser vivo, pero sí el último del que descendemos todos los organismos actuales: bacterias, arqueas y eucariotas (es decir, desde microbios hasta seres humanos). Vivió hace unos 3.500 a 4.000 millones de años, probablemente en un entorno hidrotermal rico en minerales, como los respiraderos submarinos del océano primitivo.

No era una célula como las actuales, pero sí poseía ya muchos elementos fundamentales de la vida:

-Un sistema genético basado en el ADN

-Ribosomas para sintetizar proteínas

-Una forma de metabolismo primitivo, posiblemente basado en reacciones químicas del entorno

-Capacidad para replicarse y evolucionar.

LUCA representa el tronco común del árbol de la vida. Pero el árbol, en sus primeros tiempos, no era lineal ni limpio. Más bien, era un enjambre de ramas cruzadas.


 

(Foto: Wikimedia Commons).

¿Existieron otras formas de vida no emparentadas con LUCA?

 Esta es una de las preguntas más intrigantes en biología. La respuesta corta es: probablemente sí, pero desaparecieron sin dejar rastro.
 
Durante la etapa temprana de la vida en la Tierra —llamada el mundo prebiótico o la fase de la vida primitiva— pudieron haber surgido múltiples formas de vida basadas en distintas químicas, códigos genéticos o mecanismos de replicación. Algunas hipótesis consideran la posibilidad de:

 -Sistemas de herencia distintos del ADN/ARN
-Metabolismos alternativos sin necesidad de proteínas modernas
-Células con composiciones de membrana muy diferentes

 Sin embargo, solo una línea sobrevivió y colonizó el planeta: la descendiente de LUCA.
 
¿Por qué? Probablemente por una combinación de eficiencia bioquímica, estabilidad genética y la capacidad de competir en entornos extremos. Una vez que la línea de LUCA se estableció y se diversificó, la competencia ecológica pudo haber llevado a la extinción de las otras formas de vida alternativas, si es que alguna vez existieron.

¿Podremos alguna vez encontrar pruebas de esas otras formas de vida?

 Esa es la gran incógnita. Como los posibles organismos “alternativos” no dejaron descendencia, ni fósiles claramente identificables, es casi imposible detectarlos en el registro geológico. Sin embargo, algunos científicos buscan huellas indirectas:

 -Moléculas orgánicas inusuales en rocas muy antiguas

-Patrones químicos que no encajan con las vías metabólicas conocidas

-Posibles “firmas bioquímicas” fuera del linaje de LUCA

 


Además, la búsqueda de vida en otros planetas —como Marte, Europa o Encélado— puede ofrecernos un espejo: si encontramos vida con una bioquímica radicalmente distinta, eso sugeriría que el surgimiento de múltiples linajes independientes es posible, y que la exclusividad de LUCA en la Tierra fue más cuestión de azar y supervivencia.

 LUCA sigue vivo, en cierto modo, en cada célula de nuestro cuerpo. Sus genes ancestrales aún se replican, modificados por miles de millones de años de evolución. Estudiarlo no solo nos conecta con el pasado más remoto, sino que también nos da pistas sobre cómo podría emerger la vida en otros mundos y cómo definirla más allá de los límites terrestres.

 Mientras no tengamos evidencia directa de otros linajes perdidos, LUCA sigue siendo la raíz universal de todo lo que vive. Pero el misterio de los posibles “fantasmas” biológicos extintos sigue abierto… y nos recuerda que la historia de la vida podría haber sido muy distinta.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario