miércoles, 12 de febrero de 2025

DESCUBREN EN CHINA UNA NUEVA ESPECIES DE DINOSAURIO HERBIVORO DE HACE 193 MILLONES DE AÑOS.

 Un grupo de paleontólogos de la Universidad de Yunnan ha descubierto en China una nueva especie de dinosaurio ornitisquio, denominada Archaeocursor asiaticus. Un herbívoro que habitó la tierra hace aproximadamente 193 millones de años durante el periodo conocido como Jurásic temprano, que medía alrededor de un metro de largo y pertenece al grupo de los Ornithischia ('dinosaurios de cadera de pájaro').



Esta especie de dinosaurio recientemente identificada representa el tipo de dinosaurio ornitisquio más antiguo y primitivo encontrado en Asia hasta ahora.

Los ornitisquios eran un grupo diverso de dinosaurios herbívoros con estructuras en la cadera parecidas a las de las aves.

El descubrimiento de Archaeocursor asiaticus proporciona información valiosa sobre la evolución temprana y la dispersión de los dinosaurios ornitisquios en Asia.



El estudio informó que los restos fosilizados de esta nueva especie incluían un fémur izquierdo casi completo.

El fósil fue desenterrado de la formación geológica Ziliujing, ubicada al norte del Parque Central de Chongqing en el distrito de Yubei, Chongqing, suroeste de China.

La formación se remonta al período Jurásico Temprano. Este período fue una época de grandes cambios y recuperación tras la devastadora extinción del Triásico-Jurásico. La evolución de los dinosaurios continuó, lo que llevó al surgimiento de grupos emblemáticos como los saurópodos de cuello largo y los estegosaurios con placas.

A través del análisis fósil, los investigadores determinaron que este individuo era un adulto joven, lo que sugiere un tamaño corporal pequeño de alrededor de 3,3 pies (1 metro) de longitud.

Los dinosaurios ornitisquios dieron origen a formas emblemáticas como los estegosaurios, los anquilosaurios e incluso los ceratopsianos con cuernos. Compartieron el destino de otros dinosaurios no aviares y se extinguieron a finales del Cretácico.

Sin embargo, su historia evolutiva temprana sigue siendo un misterio.




Origen de este grupo

Se han encontrado varios fósiles de dinosaurios ornitisquios en regiones que se separaron de Gondwana (como las actuales Sudamérica, África y Australia).

Sin embargo, el registro fósil de ornitisquios en Laurasia (actual América del Norte y Asia) es menos diverso y se compone principalmente de dinosaurios acorazados, como los estegosaurios y los anquilosaurios.

Esto sugiere un rango más limitado de diversidad de ornitisquios en Laurasia en comparación con Gondwana durante el Jurásico Temprano.



El descubrimiento de Archaeocursor asiaticus proporciona evidencia sólida de una migración temprana e independiente de dinosaurios ornitisquios de Gondwana a Laurasia.

“Esto apunta a un evento de dispersión anterior de los dinosaurios ornitisquios del Jurásico Temprano desde Gondwana hasta Laurasia, incluido el este de Asia, que parece ser independiente y posiblemente anterior a la dispersión de los dinosaurios acorazados”, escribieron los investigadores en el estudio.

La especie de dinosaurio recién descubierta en China comparte rasgos o características anatómicas con Eocursor parvus . Se trata de un género de dinosaurio ornitisquio primitivo que vivió en lo que hoy es Sudáfrica durante el período Jurásico Temprano.



El Archaeocursor asiaticus probablemente se originó en Gondwana y luego migró a Laurasia, incluido el este de Asia.

Esto apoya la idea de un evento de dispersión temprana de dinosaurios ornitisquios desde Gondwana a Laurasia, potencialmente anterior a la llegada de dinosaurios blindados a la región.

“La estrecha relación entre Archaeocursor asiaticus y Eocursor parvus , a pesar de sus hábitats distantes, sugiere un probable origen en Gondwana, seguido de una migración hacia el norte a Laurasia y finalmente al este de Asia durante la era Pliensbachiana”, señaló el estudio.

Los investigadores destacan que es necesario realizar más descubrimientos fósiles para consolidar las relaciones evolutivas propuestas de Archaeocursor asiaticus. Esto ayudará a obtener una imagen más completa de la diversidad y evolución de los primeros dinosaurios ornitisquios.

Los hallazgos fueron publicados en la revista iScience.


miércoles, 5 de febrero de 2025

EUNOTOSAURUS, LA PRIMERA TORTUGA

 Hace unos 260 millones de años, en el Pérmico medio, todos los continentes estaban unidos en el supercontinente de Pangea. En Sudáfrica, por entonces en el interior de este continente, el clima era cálido y seco, con intensas lluvias estacionales que provocan inundaciones. Es una región surcada por ríos procedentes de las montañas antárticas, más al sur. Cerca del agua la vegetación es abundante, con helechos, equisetos y glosopteridales, que se encuentran entre las primeras plantas con semillas. Hay una gran variedad de reptiles que forman cadenas alimentarias complejas: insectívoros, herbívoros, carnívoros. Los más diversos son los terápsidos, el grupo del que evolucionaron los mamíferos. Pero hay otros.



Eunotosaurus es un pariente próximo de las primeras tortugas. Es un lagarto herbívoro rechoncho de unos treinta centímetros de longitud, con el cuello corto. A diferencia de las tortugas actuales, tiene dientes, y carece de caparazón. Los huesos de los ojos indican que es capaz de ver con poca luz. Las patas delenteras son fuertes, con grandes garras.



Las costillas de Eunotosaurus, nueve pares, son anchas y aplanadas, en forma de placas imbricadas semejantes a las del caparazón de las primeras tortugas. La cara superior de las costillas es convexa, mientras que por la inferior corre una estrecha cresta. Sus vértebras, que en los adultos están fusionadas a las costillas, son casi idénticas en número, forma y estructura a las de algunas tortugas. Además, al igual que las tortugas, Eunotosaurus carece de fibras de Sharpey en el borde anterior de las costillas. Estas fibras sirven para conectar las costillas con los músculos intercostales, que sirven para la respiración. En lugar de intercostales, las tortugas tienen unos músculos conectados a la parte inferior de las costillas que les sirven para la locomoción. Probablemente en Eunotosaurus ocurriera lo mismo. La pelvis y los omóplatos, sin embargo, no se encuentran dentro de la caja torácica, como ocurre en las tortugas, sino fuera, como en el resto de los vertebrados terrestres.


Durante muchas décadas se ha clasificado a las tortugas por su anatomía en el grupo de los anápsidos o pararreptiles, que se caracterizan porque su cráneo carece de aberturas. Los reptiles modernos, con las aves y los dinosaurios, forman el grupo de los diápsidos, que presentan en el cráneo dos aberturas por detrás de las órbitas oculares, las llamadas fosas temporales, en las que se insertan los músculos de la mandíbula inferior. Pero cuando se empezaron a añadir datos genéticos de reptiles vivientes a los análisis, resultaba que las tortugas formaban parte de los diápsidos, y resultaban ser parientes próximos de los plesiosaurios. ¿Habían perdido las tortugas las fosas temporales en el curso de la evolución? De ser este el caso, se esperaría encontrar fósiles de tortugas primitivas con cráneos diápsidos, con fosas temporales. No parecía este el caso de Eunotosaurus. Pero en 2015, un equipo dirigido por el paleontólogo Gabe Bever, por entonces en la Escuela de Medicina Osteopática del Instituto de Tecnología de Nueva York, publicó los resultados de un estudio de cuatro años de varios cráneos de Eunotosaurus conservados en museos de Sudáfrica. Al observar los cráneos mediante tomografía de rayos X descubrieron claras evidencias de fosas temporales en los ejemplares jóvenes, mientras que en los adultos las fosas prácticamente desaparecen.



Así se explica la evolución del cráneo de las tortugas. Generación tras generación, las fosas temporales se iban cerrando cada vez a menor edad, hasta que desaparecieron. La semejanza del cráneo de las tortugas con el de los pararreptiles es un ejemplo más de evolución convergente. Si las tortugas no son pararreptiles, los pararreptiles están extinguidos.

Los ojos adaptados a la escasez de luz, las fuertes patas delanteras, que cuentan con el apoyo de las anchas costillas, y las grandes garras, sugieren que Eunotosaurus era un animal excavador. Curioso origen para un grupo como el las tortugas, en el que gran parte de sus miembros son acuáticos.