lunes, 15 de abril de 2024

LAS CONÍFERAS GIGANTES Y LOS HELECHOS ARBORESCENTES FUERON LOS ALIMENTOS PREFERIDOS POR LOS DINOSAURIOS IBÉRICOS.

 Una investigación desvela con muestra de esporas, polen y algas recogida en un yacimiento de la población castellonense lo que comían los dinosaurios herbívoros hace 125 millones de años.



Sale a la luz la dieta de los dinosaurios herbívoros que habitaron los ecosistemas ibéricos hace 125 millones de años. Un equipo multidisciplinar e internacional de paleontólogos acaba de publicar un estudio -recogido por la revista científica Cretaceous Research- que pone fin al desequilibrio existente entre la gran cantidad de datos sobre los abundantes restos fósiles de dinosaurios que habitaron la comarca de Els Ports (Castellón) durante el Cretácico Inferior, y la escasa información sobre la vegetación que conformaba los ecosistemas en los que se movían y, por tanto, una parte importante de la dieta de ejemplares como Iguanodon o Morelladon.



Las coníferas y los helechos revestían los bosques costeros, próximos a un delta, que copaban esta región del norte de Castellón, constituyendo así la base de la alimentación de los dinosaurios herbívoros del entorno peninsular durante el Cretácico Inferior, según este estudio, que ha identificado en el municipio castellonense de Morella la flora de los ecosistemas continentales de hace 125 millones de años. Concretamente 27 géneros de esporas, pólenes, algas y dinoflagelados, que han podido ser documentados entre la muestra estudiada.


El trabajo se ha centrado en los restos palinológicos de uno de los últimos yacimientos localizados en la Concesión Minera Vega del Moll de Morella, el área de explotación extra ubicada junto a la fructífera cantera de arcilla del Mas de la Parreta, cuyas prospecciones han arrojado de la mano de sus 18 yacimientos 5.000 de los más de 7.000 restos fósiles que ha sacado a la luz en los últimos años el subsuelo de la capital de la comarca de Els Ports, que configura uno de los mejores registros del Cretácico Inferior de Europa.

Vega del Moll, que triplica la superficie de su área predecesora, garantizando a la paleontología morellana varios años de investigación, ha sacado además a la luz un nuevo, y aún por estudiar, ejemplar de dinosaurio relacionado con la especie Iguanodon bernissartensis. “Está en fase de preparación y estudio”, explica el paleontólogo José Miguel Gasulla, miembro del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED y director del seguimiento paleontológico de la Concesión Minera Vega del Moll.


De esta forma, los datos obtenidos permiten identificar que las comunidades de plantas que acompañaban a las poblaciones de este dinosaurio estaban dominadas por coníferas que podrían alcanzar grandes dimensiones, como el grupo de las extintas Cheirolepidiaceae. Estaban acompañadas de helechos arborescentes del grupo de las ciateáceas y otras coníferas que alcanzaron ingentes alturas pertenecientes al grupo de las podocarpáceas, actualmente restringidas al hemisferio sur. Toda esta vegetación estaría secundada por un denso sotobosque formado por helechos de pequeño tamaño y plantas hepáticas, entre las que se moverían las poblaciones de Iguanodon y otros dinosaurios de costumbres gregarias, señala el estudio.

La investigación ha puesto el foco también en el ambiente sobre el que se depositaron los materiales que dieron lugar al yacimiento y su relación con los ambientes sedimentarios de otras localidades europeas en las que también se han hallado restos fósiles del dinosaurio Iguanodon bernissartensis. En concreto, la evidencia fósil tanto florística como sedimentológica indica que el ecosistema en esta región peninsular se correspondía con un bosque costero muy cercano a una zona deltaica en la que las condiciones ambientales eran cálidas y húmedas.


Sobre los hábitos alimenticios de dinosaurios como Iguanodon o Morelladon, los resultados obtenidos en el estudio sugieren que tanto las frondes de estos dos grupos de helechos como las hojas de esas coníferas podrían estar entre las principales fuentes de alimento de las poblaciones europeas más meridionales de Iguanodon bernissartensis.

De este análisis comparativo se ha podido determinar que esta especie de dinosaurio herbívoro, ampliamente distribuido por la región más occidental de lo que es actualmente Europa, presentaba una amplia plasticidad en cuanto a la selección de ambientes, lo que le permitió ser uno de los dinosaurios con un mayor éxito ecológico dentro de las comunidades con dinosaurios del Cretácico Inferior europeo.

El estudio ha contado con la colaboración de investigadores y paleontólogos Universidade de Vigo, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Bonn y el Grupo de Biología Evolutiva de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).


HACE 75 MIL AÑOS LA ERUPCIÓN DEL VOLCÁN TOBA, DEJÓ SIN VERANO AL PLANETA Y CASI EXTERMINA A LA HUMANIDAD .

 Hubo un volcán que a punto estuvo de acabar con la vida humana. Fue el Toba, en Indonesia. Su erupción ocurrió hace 75.000 años y es, hasta el momento, la mayor erupción en la historia de la humanidad. Cambió el clima: durante 10 años, en la Tierra no hubo verano.


El anillo de fuego del Pacífico concentra el 75% de los volcanes de la tierra. De ellos, los más potentes están en Indonesia, y de esos, el mayor es el Toba. Es tan grande que dentro de su caldera hay un lago y una isla: tiene 100 kilómetros de largo y 35 de ancho.

La suya fue la mayor erupción volcánica de la historia de la humanidad. Tan grande que cambió el clima. Las cenizas y gases se extendieron por toda la tierra, bloqueando los rayos solares. La luz se redujo entre un 25% y un 90%, dependiendo de la zona, y la temperatura de la tierra se redujo entre 3 y 5 grados centígrados.


Fue entonces cuando el planeta entró en un periodo gélido con casi diez años seguidos sin verano. Árboles y plantas se secaron, los animales que dependían de ellas murieron y los humanos, cazadores recolectores, cayeron con todos.

Una teoría científica defiende que el ser humano estuvo a punto de extinguirse y que solo 2.000 pudieron sobrevivir, según los cálculos más extremos. Uno de los pocos lugares donde estuvieron a salvo, puede que el único, fue la costa sur de África. Los que se quedaron allí salieron adelante gracias a un alimento que encontraron en el mar: el marisco.


Hoy la teoría de la casi extinción humana ha sido puesta en entredicho por algunos científicos. Pero lo que es seguro es que la erupción del Toga fue 100 veces mayor que la del Tambora o el Rinjani, dos de los más destructivos de la historia y miles de veces mayor que las bombas atómicas de Hirosima y Nagasaki.

lunes, 1 de abril de 2024

EL JACULINYKUS YARUUI, HALLADO EN MONGOLIA, DORMIA COMO LAS AVES ACTUALES.

 Los descubrimientos paleontológicos no se detienen, como lo muestra un reciente hallazgo en la Formación Baruungoyot del Cretácico superior de Mongolia, el cual da a conocer un nuevo espécimen de dinosaurio perteneciente al grupo de terópodos maniraptoranos: el Jaculinykus yaruui. 




Dicho hallazgo comprende un esqueleto casi completo y articulado, que puede ser una pieza importante para conocer más acerca de la anatomía, ecología y la evolución de los dinosaurios. Los restos que fueron encontrados pertenecen al subclado de Alvarezsauridae, Parvicursorinae, que establecen un grupo monofilético con Mononykus y Shuvuuia.




Su mano, bien conservada, tiene solamente dos dedos, un dedo  hipertrofiado y otro dedo  muy reducido, implicando una condición intermediaria entre la mano tridáctila de Shuvuuia y la mano monodáctila de Linhenykus, lo que se traduce en una variación no reconocida en la especialización de los manos alvarezsáuridos, pues la postura conservada de este espécimen exhibe una posición estereotipada para dormir parecida a la de un ave que se puede observar en los trodóntidos Mei y Sinornithoides, lo que evidencia que las posturas estereotipadas de las aves son una sinapomorfia maniraptora, otorgando más evidencia sobre los rasgos similares a los de las aves que se distribuyen de manera amplia entre los ancestros aviares.


lunes, 4 de marzo de 2024

LA TATACOA EN EL HUILA Y LA FLORESTA EN BOYACÁ POSTULADOS COMO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD.

 Dos sitios de importancia geológica y paleontológica de Colombia fueron postulados para convertirse en patrimonio de la humanidad.

Se trata del yacimiento paleontológico de La Venta, ubicado en el Desierto de La Tatacoa (Huila), y las localidades paleontológicas del municipio de Floresta (Boyacá), ambos lugares de gran importancia científica para el país por resguardar información clave sobre la evolución geológica de nuestro territorio.



EL SGC,(Sistema Geológico Colombiano), como la entidad encargada de proteger e investigar el patrimonio geológico y paleontológico de la Nación, gestionó la postulación de estos dos lugares del país ante el Comité Técnico Nacional de Patrimonio Mundial, por “ser ejemplos sobresalientes que representan etapas importantes de la historia de la Tierra, incluido el registro de la vida, procesos geológicos significativos en curso en el desarrollo de accidentes geográficos o características geomórficas o fisiográficas significativas”, según el Criterio VIII de Patrimonio Mundial.

La formación La Venta, en la Tatacoa, es una secuencia de rocas que alberga una rica diversidad de fósiles de vertebrados. Estos restos proporcionan datos valiosos sobre los ecosistemas neotropicales del pasado, incluyendo una antigua selva tropical húmeda en la que habitaban diversos organismos terrestres y acuáticos, razón por la que se ha convertido en un foco de estudio multidisciplinario, clave para comprender la evolución geológica y biológica de América del Sur.



Por su parte, Floresta alberga localidades paleontológicas de aproximadamente 396 millones de años y relacionadas con la 'Edad de los Peces': una etapa en la que se dio una gran diversificación de peces y especies marinas. El análisis de los fósiles encontrados allí, revela detalles sobre los antiguos ambientes marinos en los que estas criaturas vivieron y se preservaron.

“Este es un paso muy significativo para la protección y conservación del patrimonio geológico y paleontológico de Colombia, que, además, posiciona internacionalmente a estos territorios y promueve allí el turismo, la investigación y el desarrollo económico”, señaló la entidad.




miércoles, 28 de febrero de 2024

EL EORAPTOR, EL PRIMER DINOSAURIO QUE CAMINÓ SOBRE LA TIERRA

 En la vasta historia de nuestro planeta, los dinosaurios han dejado una huella imborrable. Sin embargo, entre los impresionantes restos fósiles que han sido descubiertos a lo largo de los años, uno de ellos se destaca como el precursor de todos los demás: el Eoraptor, el primer dinosaurio que caminó sobre la Tierra.




El descubrimiento del Eoraptor, cuyo nombre significa "ladrón del amanecer", se llevó a cabo en la provincia de San Juan, Argentina, por el reconocido paleontólogo argentino Ricardo Martínez en el año 1991.

Este increíble hallazgo abrió una ventana a un pasado remoto y nos permitió entender mejor la evolución y la diversificación de estos majestuosos seres que dominaron la Tierra durante millones de años.

 El Eoraptor vivió hace aproximadamente 230 millones de años, durante el período Triásico temprano. Tenía una longitud de aproximadamente 1,5 metros y se estima que pesaba alrededor de 10 kilogramos.



Aunque era relativamente pequeño en comparación con los dinosaurios posteriores, su importancia radica en que representa el ancestro común de todos los dinosaurios saurisquios, un grupo que incluye a los terópodos (como el Tyrannosaurus rex) y a los saurópodos (como el Brachiosaurus).

Los restos fósiles del Eoraptor revelaron características anatómicas únicas que lo distinguieron de otros reptiles contemporáneos. Tenía patas traseras alargadas, lo que sugiere que era un corredor ágil.

Además, presentaba dientes afilados y curvados, indicando que era carnívoro. Sin embargo, también se han encontrado restos de Eoraptor con características más herbívoras, lo que ha llevado a los científicos a concluir que esta especie pudo haber tenido una alimentación más variada de lo que inicialmente se pensaba.

El descubrimiento del Eoraptor tuvo un impacto significativo en la comprensión de la evolución de los dinosaurios y la reconstrucción de la historia de la vida en la Tierra.

Su estudio ha proporcionado valiosos datos sobre la diversificación temprana de los dinosaurios y ha ayudado a desentrañar los vínculos evolutivos entre los diferentes grupos de dinosaurios.

En resumen, el Eoraptor representa el eslabón perdido que nos conecta con el pasado lejano y nos muestra cómo estos gigantes prehistóricos comenzaron su dominio en nuestro planeta.

Su descubrimiento ha sido fundamental para el avance de la paleontología y sigue maravillando a científicos y entusiastas de todo el mundo, recordándonos que, incluso en los orígenes de la vida, la Tierra estaba poblada por criaturas asombrosas que dejaron un legado imborrable.

martes, 6 de febrero de 2024

PALEONTÓLOGOS EN EL SUR DE BRASIL, DESCUBREN FOSILES DE UN ANFIBIO GIGANTE MAS ANTIGUO QUE LOS DINOSAURIOS.

Los fósiles de un anfibio gigante más antiguo que los dinosaurios y del que solo se tenía referencia en Rusia fue descubierto en el sur de Brasil, según informó este martes la Universidad Federal do Pampa (UniPampa).

El centro universitario anunció así el descubrimiento del 'Kwatisuchus rosai', nombre dado por el término tupí 'kwati' (hocico largo) y la palabra 'rosai' en homenaje al profesor Átila Stock Da-Rosa, pionero en los descubrimientos paleontológicos en esa zona.



Se trata de una especie de temnospóndilo, de aproximadamente 1,5 metros de largo, y un descubrimiento inusual, pues, según los expertos, es el primero de este tipo hallado en Brasil.

Los temnospóndilos, grupo al que pertenece el Kwatisuchus, eran animales carnívoros de hasta cinco metros y abundaban en los ecosistemas acuáticos, principalmente de Rusia, en el período Triásico.

Sus fósiles, con un cráneo completo, fueron encontrados en una granja de la zona rural del municipio de Rosário do Sul, en el interior del estado de Río Grande do Sul, y vivió hace aproximadamente 250 millones de años.



De acuerdo con las investigaciones del Laboratorio de Paleobiología del Campus São Gabriel de la Unipampa, la especia descubierta fue un "superviviente" de un entorno devastado por la "mayor extinción masiva de la historia del planeta".

El paleontólogo Felipe Pinheiro, que coordinó la investigación, indicó que "como eran animales adaptados a condiciones de gran estrés ambiental, los anfibios temnospóndilos acabaron siendo abundantes en todo el mundo".



Ese tipo de anfibios "nos ayudan a entender cómo las extinciones han afectado al planeta y cómo podemos reconocer sus efectos hoy en día", agregó Pinheiro, citado en un comunicado.

El cráneo del Kwatisuchus fue descubierto en agosto de 2022, pero fue sometido a un delicado proceso de limpieza y preparación y una vez libre de la roca que lo cubría, el animal fue estudiado en detalle y se dio así nombre a la nueva especie ahora presentada.


lunes, 15 de enero de 2024

DESCUBREN EN PANAMÁ UN BOSQUE DE MANGLAR PETRIFICADO DE 23 MILLONES DE AÑOS DE ANTIGÜEDAD.

 En la isla de Barro Colorado (BCI), ubicada en el lago artificial Gatún, investigadores descubrieron un bosque de manglar petrificado hace 23 millones de años. Una erupción volcánica sepultó los árboles durante la época del Mioceno temprano y preservó la madera fósil que fue encontrada recientemente cerca del Canal de Panamá, donde miles de barcos cruzan cada año.



En 2018, se descubrieron por primera vez los fósiles de un bosque que creció a lo largo de la costa de una cadena volcánica. Dicho bosque fue mucho más alto que los manglares que existen actualmente. Tenía árboles de hasta 40 metros de altura.

Los fósiles de manglares de la isla de Barro Colorado están increíblemente conservados. Los científicos creen que el lahar de la erupción volcánica ralentizó la descomposición y congeló el paisaje en el tiempo. En el estudio, se examinaron 121 muestras de madera fosilizada que se encontraba expuesta en un arroyo de la isla. La mitad pertenece a una especie desconocida hasta el momento y que fue nombrada Sonneratioxylon barrocoloradoensis.




Los restos del antiguo bosque ofrecen evidencia de que este fue mucho más alto de los que conocemos. Las estimaciones indican que S. barrocoloradoensis tenía una altura de 25 metros y algunos ejemplares alcanzaban los 40 metros de alto, en contraste con la moderna Sonneratia y otros bosques existentes, que generalmente tienen alturas más bajas.

«Las muestras de madera fósil, también conocida como madera petrificada, almacenan una gran cantidad de información,» dijo la paleoecóloga Camila Martínez Aguillón, autora principal del estudio. «(Lo que ofrece a los investigadores) una gran y rara oportunidad de viajar al pasado.»




La isla Barro Colorado, que alberga los restos del manglar del Mioceno, fue formada tras la creación del Canal de Panamá. Debido a su diversidad biológica única, este refugio de 15 kilómetros forma parte del bosque tropical más estudiado del mundo. Investigadores del Instituto Smithsoniano han llevado a cabo estudios exhaustivos desde 1923, revelando secretos sobre la evolución y ecología de la selva tropical.

La posición estratégica ha permitido en este lugar la convergencia de especies de América del Norte y del Sur. Esta isla se ha convertido en un laboratorio natural esencial para entender los misterios de los bosques tropicales.