Las andanzas de los dinosaurios por la Antártida hace millones de años dejaron un legado compartido entre Australia y la Patagonia en el extremo meridional de Sudamérica: Una serie de fósiles que permiten determinar sus similitudes y plantas que sobreviven lejos de sus lugares de origen. Todo eso sucedió cuando lo que hoy conocemos como Australia, Sudamérica y la Antártida, así como África, India, Arabia, Madagascar y Nueva Zelanda formaban parte de Gondwana, un inmenso bloque continental que comenzó a fragmentarse y separarse gradualmente hace 180 millones de años durante el período Jurásico.
A pesar de que las condiciones geológicas y climáticas hacen que sea difícil hallar restos fósiles en Australia, en contraste con la Patagonia, región geográfica llena de llanuras aluviales y lagos que comparten Chile y Argentina, las evidencias de ambos lugares “cuentan una historia asombrosa de la vida antes de que los continentes se separaran”, precisó Hocknull.
El Museo australiano también destaca que la Patagonia y Queensland comparten “similitudes” entre los pequeños ornitópodos y los anquilosaurios, que son tipos de dinosaurios herbívoros con una estructura pélvica similar a las de un ave y cuyo linaje es característico de estos lugares.
Se cree que muchas de estas plantas, así como las esporas y el pólen, viajaron con los dinosaurios cuando se desplazaban entre Australia y la Patagonia, según explicó a EFE Florencia Gigena, representante del Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF).
"Hay plantas o registros fósiles de seres que hoy no viven en Sudamérica pero que sí son contemporáneos y viven en Australia y viceversa".
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